Construcción y customización de guitarra y bajo eléctrico
 
Modificando una Music Man SUB1

Modificando una Music Man SUB1

Los foros de internet siempre me han parecido lugares pantanosos. Quizá los foros en general lo son, tristemente. Espacios de ideas y debate donde intercambiar opiniones y experiencias que nos ayuden a todos a avanzar. ¿Qué puede salir mal? Pues en realidad, casi todo.

En estos tiempos muchas personas entran a los foros como quien entra a un campo de batalla donde lo que está en juego es el ego de cada uno. Alguien lanza una cuestión y los tiburones acuden a la carnaza. Si el sujeto no se deja tutelar sumisamente por las opiniones de las veteranos, la polémica está servida. Esta se resuelve en última instancia, y en el mejor de los casos, con esa odiosa frase que es: “Cada uno tenemos nuestra opinión; yo no voy a cambiar la tuya, ni tú la mía”. Aserción que quema todos los puentes y dilapida cualquier espíritu de progreso. ¡No tienes nada que enseñarme! Un portazo en todos los morros y vuelta a la caverna. No sé quién la inventaría y la popularizaría, pero desde luego le ha hecho un gran favor al extremismo y al encefalograma plano. Si el debate no sirve ya de nada, ¿a dónde vamos? Cuando el foro es además virtual, donde el anonimato y, por tanto, la sensación de impunidad es característica, la cosa se puede salir de madre a niveles que ya todas conocemos.

Otra peculiaridad que he observado es que la mayoría de las opiniones basadas en la experiencia suelen ser o bien falsas o, como mucho, poco rigurosas. A las personas en general nos gusta hablar de todo, como a esos mediocres todólogos cuñaos que amenizan los magazines de TV, que un día te hablan de clima, como de vacunas o de geopolítica pasando por prensa del corazón. Pero, válgame, ¡a ellos al menos les pagan por difundir patrañas! En los foros (y hablo ahora de guitarras en particular, para quien no se haya dado cuenta aun de lo que va esta web) muchos miembros asumen como propias opiniones y mitos surgidos no se sabe muy bien de dónde, pero que se defienden a capa y espada. Personas anónimas defendiendo marcas y corporaciones como si estuviesen vilipendiando a sus propios padres. ¡Y gratis! ¡Ja! ¡El sueño húmedo de los equipos de marketing!

Luna de miel, luna de hiel

Además existe otro factor del que reconozco que he sido presa en muchas ocasiones: la luna de miel. Te gastas el dinero en algo y durante una temporada es la hostia y hablarás/escribirás maravillas a brazo partido de un Mesa Triple Rectifier (los Mesa Boogie son eficacia probada, eso lo sabe todo el mundo) aunque solo lo hayas encendido media hora en el dormitorio de tu casa. Seis meses después lo pondrás a la venta porque igual no es lo que andabas buscando / me paso a otros estilos (la más patética de las excusas jamás escrita, por cierto).

Por eso hace años que dejé de dar credibilidad y miro con recelo todas esas leyendas que circulan en el mundo de las guitarras. Sin duda, entre mis mitos favoritos se encuentran los de aquellas marcas, modelos y años donde cierto modelo fue la leche, fabricado con una calidad suprema y a un precio ridículo que solo un puñado de iluminados tuvo la sabiduría de apreciar, mientras el resto de los pringaos pagábamos mucho más por cosas mucho peores. Desde los RAT de Woodcutter o los TS Maxon con el chip JRC4558, a las guitarras japonesas (ya todas metidas en el mismo saco) de la época del Lawsuit, pasando por los primeros pedales Boss o las Squier coreanas de los 80… La lista es interminable. Como luthier he visto ya algunas cosas y cada vez creo menos en ellas. Pienso que hay material bien hecho y material más cutre. Y dentro de eso, días en que el constructor estaba más inspirado y días en que le hacía falta otro café.

 

Joya oculta

Hace no mucho tuve la fortuna de hacerme con una de estas supuestas joyas escondidas. Y yo sin saberlo. Os cuento.

Tu madre te conoce, pero Spotify te conoce aún mejor. Wallapop no se queda atrás y un día me enseñó un fotón de una guitarra que me pone mucho. Ya os conté en su día cuán loco me volvía la Music Man de Steve Morse. Durante nuestra luna de miel escribí este artículo. La tuve durante un tiempo y la disfruté mucho, pero no terminé de acostumbrarme a ciertas cosas como el peso excesivo, el estrecho tamaño del mástil y el comprimidillo tono de las pastillas Dimarzio. Así que terminé por buscarle otro hogar ya que me parecieron demasiadas objeciones para un instrumento de tal precio. Aun así, la estética de esa guitarra me ha seguido seduciendo. Así que cuando vi esta foto en la app de compra venta no pude evitar la atracción, como la polilla a la vela.

MM SUB1 mod
MM SUB1 mod2

 

La guitarra en cuestión no es una Steve Morse, sino un modelo que Music Man lanzó a principios del nuevo milenio llamado SUB1. No soy un gran especialista en los modelos de Ernie Ball, pero sí recuerdo que hace muchos años, antes de ceder la fabricación de sus modelos de gama media a OLP y posteriormente a Sterling en el lejano Oriente, apareció la gama SUB. Guitarras y bajos hechos en la misma fábrica de California pero con acabados y materiales más modestos (eufemismo de baratos). Recuerdo particularmente los feísimos mástiles pintados de negro y los espantosos acabados texturizados. Las Music Man de los pobres. Siempre me parecieron un sucedáneo con estética metalera industrial que nunca llamó mi atención en el buen sentido.

Sin embargo, la guitarra de la foto era diferente. En un primer vistazo, su dueño la había modificado, retirando la pintura de mástil y cuerpo. Y de repente, como un secreto que hubiese permanecido delante de mis narices durante años, ¡allí estaba una versión sencilla de la Steve Morse! ¡Como quitarle las gafas a Clark Kent y darse cuenta de que es Superman!

Obviamente tienen prestaciones diferentes, pero dentro de todo, ambas están basadas en el mismo modelo, la Silhouette, con la misma forma, tamaño y sin rebajes.

Así que escribí al dueño y le pregunté por esas modificaciones. Y esto es lo que me conto:

 

Las modificaciones del anterior dueño

La guitarra originalmente era tal que asi:

MM SUB1 trasera
Pala stock MM SUB1

Retiró la horrorosa pintura negra del mástil y lo barnizó con poliuretano, dejando a la vista el arce, respetando la pegatina con el número de serie y poniendo nuevos calcos de Music Man. ¡Bien!

Pala MM SUB1 decapada
MM SUB1 pala decapada
MM SUB1 Headstock Laquer
IMG-20200125-WA0014

Decapó ese espanto de pintura texturizada del cuerpo dejando al natural las dos piezas de álamo, que tiñó con betún de Judea y acabó al aceite y cera. ¡Bien!

acabado texturizado MM SUB1
lijando cuerpo MM SUB1

Cambió las baratas selletas de cinc del puente por unas de acero doblado al estilo de las Fender que mejoran el sustain y el ataque. ¡Muy bien!

Hizo un nuevo golpeador nacarado, con hueco para una pastilla extra (la de mástil) y le colocó unas Dimarzio con unos potenciómetros de volumen independiente y push pull para ponerlas como single coil. ¡Muy bien!

Golpeador MM SUB1
Dimarzio pastillas
Electrónica push pull

Cambió los aburridos botones cromados de los afinadores por unos más divertidos de plástico perlados. Esto es solamente estético pero combina con el golpeador y le da un toque de elegancia y distinción. ¡Muy muy bien!

 

Y ya solo con estas cosas, que no son pocas, consiguió darle un rollo que cambió por completo el instrumento. Modificaciones muy inteligentes y hechas con muy buen gusto. Así que finalmente me di el capricho y la compré.

 

¿Leyenda o casualidad?

Buscando información sobre la guitarra resulta que son muy apreciadas y buscadas por su calidad de fabricación, las maderas que son las mismas de sus hermanas caras, las pastillas fabricadas por nosoquién y blablabla… Y si en su día eran instrumentos que costaban nuevos unos 600€, en reverb.com se venden en Europa alrededor de los 1.100€.

Ya sabemos lo que ocurre con los instrumentos modificados, que en ocasiones pierden valor. Y este parece ser el caso, aunque absurdamente, ya que todas las reformas eran indiscutibles mejoras.

Cuando la recibí la sorpresa fue grata. Era incluso más bonita que en las fotos. La primera impresión muy buena. El peso estaba dentro de lo normal tirando a ligera, 3’2 kg. Estaba perfectamente ajustada. Acción bajísima y el mástil más delicioso que he probado en mucho tiempo, con trastes medium jumbo y radio de diapasón 10″. Pese a su apariencia, la escala es la normal de Fender 25,5″. Enchufada el tono era bonito, pero sobre todo, un sustain que acompañaba la sensación de solidez que transmitía la construcción de la guitarra. ¡Igual la leyenda podría tener base de realidad!

Bueno, no del todo. Otra cosa que el anterior dueño hizo fue mandarme fotos de cómo era el modelo originalmente y ahí entendí muchas cosas (las fotos anteriores son todas suyas). Music Man fabrica con maquinaria CNC. No le costó nada coger maderas nada elegantes de su stock, como el álamo (que por cierto es la misma que lleva la MM de Steve Morse), meterlas en la máquina y obtener un mueble con la misma calidad de fabricación que sus carísimas parientes, sin despeinarse. Solo con esa base, ya tienes un pedazo de instrumento. El resto de cosas como el hardware o la electrónica, no nos vamos a engañar, eran un poco castaña. La parte buena es que en su momento, eso abarató el coste final (a diferencia de lo que sucede en estos tiempos), y cambiándole cuatro cositas, tenías un instrumento la mar de decente. Como muestra, mirad cómo encolan las dos piezas del cuerpo. A diferencia del encolado recto, Music Man aumenta la superficie de contacto y, por tanto, la solidez de la unión.

 

Aun así, tiene narices que una guitarra aparentemente más cutre que su carísima prima (la MM Steve Morse cuesta más del triple) me haya calado mucho más hondo en todos los sentidos. Ciertamente la guitarra estaba fenomenal tal y como me llegó. Aun así, siempre se le puede dar una vueltecita a todo para adaptarla a los gustos particulares de cada uno. Así que después de un tiempo de rodaje decidí en qué puntos trabajaría.

 

Mis modificaciones

 

El cuerpo

 

Los acabados al aceite y cera son una pasada si te gusta el tacto de la madera desnuda y el acabado satinado, con ese brillito tan natural. Yo no soy esa persona. Me he dado cuenta que me gustan las maderas barnizadas y brillantes. Así que preparé mi combinado de goma laca y me dispuse a dejar ese cuerpo de tienda.

Aquí nos encontramos con un problema. Aquellos que tengáis ya experiencia sabréis que una pieza tratada con aceites no se puede barnizar después ya que este no va a agarrar debido precisamente a esa impregnación oleosa.

¿Cómo solucionamos esto? Pues igual que uno usa un producto desengrasante para dejar su cocina como nueva tras haber frito unos entresijos, necesitaremos hacer lo mismo con esta guitarra. Solo que el que usaremos es totalmente natural para que no dañe la madera: Esencia de Trementina. Extraído a partir de la resina del pino nos va a permitir preparar la superficie para que nuestra goma laca agarre perfectamente y no se caiga a pedazos en unas semanas. Su primo sintético se llama aguarrás, pero preferimos el natural y lo podéis encontrar sin problema en cualquier droguería industrial. El olor es fuerte, que no tóxico, así que mejor usadlo en un lugar bien ventilado.

Primero frotaremos bien la madera con un cepillo de cerdas blandas impregnado con la esencia de trementina. La idea es que se introduzca bien por los poros y los limpie de aceites y ceras. Retiramos el exceso con paños secos. Repetimos hasta que veamos que la madera va cambiando de aspecto.

Aguarrás aceite cera
aceite cera aguarras
limpiar acabdo aceite cera

Ya estamos listos para teñir y barnizar con goma laca como ya hemos explicado en otras ocasiones.

Le damos a la muñeca hasta dejar un buen acabado liso, uniforme y brillante. Me encanta la goma laca. No os olvidéis de aplicar cierta presión hacia el final de cada capa para compactarlas y conseguir un acabado más duro.

MM SUB1 cuerpo gomalaca
MM SUB1 body shellac
cuerpo gomalaca MM

La electrónica

La segunda modificación fue trabajar en la electrónica. Como he comentado, el anterior dueño le había colocado una pastilla de mástil que no traía originalmente (pese a que la cavidad del cuerpo sí estaba hecha, otra pista de que ni siquiera se molestaron en modificar la plantilla CNC que tenían), un conmutador de 3 posiciones y dos potes de volumen con push pull (uno para cada pastilla) que hacían división de bobina. Una configuración que tiene muchas posibilidades tonales, pero personalmente echaba de menos un pote de tono y echaba de más los push pull, que no me gustan nada.

Así que puse un volumen y un tono máster y en lugar del conmutador de 3 posiciones instalé un Schaller Megaswitch M, de 5 posiciones. Lo cableé de la siguiente manera:

1- Humbucker mástil

2- Modo single coil mástil

3 – Humbucker mástil + puente paralelo

4 – Modo single coil puente

5- Humbucker puente

Perdí la mezcla de volumen independiente de cada pastilla cuando las combinaba, pero gané un control de tono y en simplicidad de uso.

Una vez más, usé potenciómetros MIJ ya que me dan un recorrido mucho las natural que los CTS. El condensador es un Orange Drop de 0,022uF.

 

El dilema de las pastillas

A la hora de elegir las pastillas, el antiguo dueño tiró por tonos clásicos. Una Dimarzio 36th Anniversary en el puente, y una Humbucker from Hell en el mástil. Ésta última me sorprendió mucho porque su concepto es el de aportar un tomo más en la línea de una single coil que el de una HB. Y, salvando las distancias, consigue algo parecido. Si, como yo, odiáis las humbucker de mástil súper oscuras y sin definición os recomiendo que le echéis un ojo a esta. Creo que combinaría muy bien también en el mástil de una Telecaster.

El problema fue que como esta pastilla ya tenía ese espíritu single coil, al hacer la división de bobina, quedaba un poco raquítica. Y en cuanto a la 36th Anniversary, pues no me enamoraba. En esta época de mi vida encuentro las Dimarzio bastante comprimidas y mediosas por lo general. No sé, me estaré haciendo viejo o algo.

Así que como siempre, mire a la que está siendo mi marca de referencia últimamente: Tonerider. Esta gente tiene un set de humbuckers especializado en conseguir un buen tono single coil cuando las pones en coil tap. Así que decidí darles una oportunidad. Previamente ya había probado esa pastilla en el set HSS que le coloqué finalmente a la Doppelgänger #9 y la cosa prometía.

Así que le planté ese conjunto y, efectivamente, conseguí unos tonos muy convincentes tanto de single coil, como de humbucker de media salida. Y mucho más natural y dinámico que las Dimarzio.

 

!Ahora sí!

¡Y no le hizo falta nada más! Ahora ya tiene todos los ingredientes para ser una de mis guitarras favoritas. Me gusta su estética, su mástil corre como el demonio, tiene un buen puñado de sonidos, es pequeña, ligera y robusta…

Así que ésta es mi opinión… y el que se atreva a contradecirme, ¡¡que se prepare!!

 

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