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AJUSTE DE LA ALTURA DE LAS PASTILLAS

AJUSTE DE LA ALTURA DE LAS PASTILLAS

A veces, sucede, por más mayor que seas, por más que hayas vivido, por más experiencias que hayas acumulado, que de repente te das cuenta de algo que ha estado siempre delante de tus narices. Aunque tú has dado por hecho que eso era de otra manera. En ese momento preguntas a tu alrededor y, encima, todo el mundo contesta confirmándote la evidencia. Mirándote además con una cara como diciendo: estás de coña, ¿no? Pero tú no estás de coña. Es como si las piezas del puzzle hicieran click. Y te sientes un poco idiota, claro. Pero no pasa nada porque esa pequeña humillación personal contrasta con una graciosa sensación de alivio. Como algo que se coloca en su sitio en el cosmos. Un amigo, descubrió, ya talludito, que la canción que le hacían cantar de pequeño las monjas de su colegio decía “Alabaré a mi Señor” en lugar de “A la marea, mi Señor”. O el día en que mi hermana, bien entrada en su tercera década, se dio cuenta de que la Cecina de León se refería al lugar de procedencia del embutido y no al animal del que estaba elaborado.

Esto mismo me pasó a mi recientemente con el ajuste de las pastillas. ¡Anda que no conocía de sobra la teoría y el procedimiento! ¡Qué listo me creía! Y resulta que se podría hacer mucho mejor… Durante un segundo, pensé que había descubierto la cuadratura del círculo. Pero seguida aparecieron los de alrededor con su: ¡pues claro! Y la consiguiente miradita.

Es por ello que me veo en la obligación de actualizar y completar este viejo artículo en agosto de 2020. Un buen ajuste de las pastillas tiene un impacto brutal sobre el tono y el comportamiento general del instrumento.

La mecánica de las pastillas de guitarra

¿Cómo captan el sonido las pastillas? La ley del electromagnetismo de Faraday dice, de manera muy resumida, que las variaciones del flujo de un campo magnético son capaces de inducir una corriente eléctrica en una bobina.

Teniendo claro esto, hacemos una bobina de hilo de cobre y le colocamos un imán tan cerca que su campo magnético la abarque (lo que viene siendo una pastilla, vaya). Ahora, necesitamos otro elemento más, el que altere ese flujo magnético para producir la famosa inducción. Un objeto de metal en movimiento cerca del imán. Las cuerdas. La corriente inducida en la bobina resultante es directamente proporcional al movimiento de la cuerda. Esta débil señal se manda al amplificador y ya todos sabemos qué pasa después.

Cuanto mejor, peor

Así, tenemos que cuanto más cerca esté la cuerda del imán, mayor variación de flujo va a haber y mayor cantidad de corriente se va a generar. Ergo, cuanto más cerca la pastilla de las cuerdas, más señal. Más volumen, más presencia y más facilidad para saturar el ampli o los pedales. Más potencia, ¡fantástico!

Siempre hay una contrapartida y esta vez no iba a ser menos. Al estar bajo el influjo del imán, obviamente, la cuerda no vibra libremente. Su movimiento está sometido constantemente a la atracción magnética. Esto afecta directamente a la duración de la nota (sustain) y la entonación (ya que el movimiento de la cuerda cambia). Cuanto más cerca está la pastilla de la cuerda, mayor es este efecto.

El compromiso

O sea que hay que colocar las pastillas lo suficientemente cerca de las cuerdas para obtener la mayor cantidad de señal, pero lo suficientemente alejadas como para que la cuerda vibre lo más libre posible.

Hasta aquí todo correcto. Lo que ya sabíamos. La cuestión es, cómo diablos hallo ese punto de compromiso de manera correcta? Yo hasta hace poco, tomaba de referencia la distancia de 2,5mm entre la cuerda pisada en el último traste del diapasón y el polo de la pastilla como punto de partida. Es más o menos lo que recomiendan la mayoría de los fabricantes de pastillas. Y desde ahí, ajustaba al gusto. Si escuchaba algo raro, separaba la pastilla.

Define raro

Debo confesar que ajustaba teniendo una referencia visual aproximada de dónde deberían estar las pastillas respecto de las cuerdas. Si notaba algún problema ajustando la entonación, entonces retocaba un poco hasta que se estabilizaba. Realmente no le había prestado la atención debida al movimiento de cada cuerda.

¡Bendito confinamiento!

Hace ya un tiempo que leí este y este artículo. El tipo declara que un ajuste de pastillas donde la cuerda está más cerca del polo de la pastilla de 5 mm arruina el tono del instrumento. Así, sin ambages. Contundente.

Confieso que probé ese ajuste, por curiosidad y bajé mis pastillas lo indicado. Curiosamente ambas pastillas de Telecaster estaban mucho más compensadas (cosa difícil de lograr) pero la guitarra había perdido volumen y pegada. 10 minutos más tarde volví a mi ajuste de siempre.

Fue ya durante el confinamiento, mucho tiempo después, que ese artículo se volvió a cruzar en mi camino y decidí obligarme a darle una segunda oportunidad. Pensé: oblígate a probarlo un tiempo y decides. Total, por ahora no vas a tocar con nadie.

De nuevo esa sensación de falta de vida. Así que, finalmente se encendió la bombilla y pensé: atrévete a tocar esos botones y dale más volumen en el ampli, ¡so memo! Mi mundo cambió de repente. La guitarra no solo volvía a estar viva, sino que, a medida que iba tocando, me dí cuenta de que su tono era mucho más rico y su sustain se alargaba con un aplomo totalmente diferente. Solté la Doppelganger #5 y agarré la Strato para hacerle lo mismo. Confirmado.

El ajuste

En realidad el ajuste es muy sencillo. Al menos la manera en que lo hago ahora. Pero requiere un poco de oído, paciencia y mucha concentración. Necesitaremos también un afinador, conectar la guitarra a un amplificador en su canal limpio sin efectos y a un buen volumen.

Lo primero es afinar de la manera más exacta posible. Pulsamos la 6ª cuerda al aire y la dejamos sonar. Debemos concentrarnos en su comportamiento. El tono debe ser uniforme y coherente con todos sus elementos ADSR: ataque, decaimiento, sostenimiento y relajación.

Si escuchamos como variaciones de volumen cíclicas durante la fase de decaimiento y/o sustain accionaremos el tornillo de la pastilla de ese extremo para separarla de la cuerda.

No bajéis la pastilla de golpe, dad pequeños giros al tornillo e id comprobando hasta que el efecto sea mínimo o desaparezca. Si notáis un poco el efecto durante la fase de relajación, podéis darlo por bueno. Entendamos que cuanta más inercia pierde la cuerda, más susceptible es de verse afectada por el campo magnético.

Aquí viene la parte de la paciencia. Está dentro de la normalidad pasaros 10 minutos pulsando y escuchando la misma cuerda 🙂

Repetid el proceso con el otro extremo de la pastilla. Usad la cuerda 1, pero también confirmando con la 3 porque cuanto más gruesa es la cuerda, más acusa el efecto de atracción.

Si al final acabáis con las pastillas de vuestra Stratocaster enrasadas al mismo nivel del golpeador, no os extrañéis. De hecho, es probable que necesitéis poner muelles más largos en los tornillos de las pastillas para mantener su firmeza.

No he comentado el caso contrario, que aunque raro, también puede darse. Quizá el tono es correcto. Podéis probar a acercar la pastilla a la cuerda hasta que escuchéis ese comportamiento raro. Así tendremos la máxima salida sin efecto tirón de cuerda.

altura single coils Ajuste altura humbuckers

Generalidades

-Todo lo dicho aquí se aplica también al bajo eléctrico.

-Este ajuste está pensado para obtener lo que algunos denominan tono vintage. Es decir, baja salida aunque rica en matices. Para mí se trata más de respetar el tono de las maderas. Aclaro esto porque a muchos guitarristas que tocan estilos más duros, esto se la trae al pairo. No es necesariamente malo, ojo. Si lo que necesitas es un instrumento cañero y cuyo tono va a quedar enmascarado con afinaciones muy graves y toneladas de distorsiones extremas, igual la perdida de nivel de salida no les compensa por ganar unos matices en el tono y el sustain.

-En las pastillas humbucker, el efecto de tirón de cuerda es mucho menos acusado que en las single coil.

-Podéis guiaros de una distancia visual para establecer un punto de partida, pero el ajuste debe hacerse a oído. Cada pastilla, incluso del mismo modelo, es diferente ya que no hay dos imanes idénticos.

-En instrumentos con varias pastillas, las que más suelen influir sobre las cuerdas suelen ser las de mástil y centro. Ajusta estas pastillas primero y luego adapta la de puente (que, excepto en las Telecaster, generalmente suele tener menos presencia) para que encaje en volumen con el resto.

-La altura de las pastillas se ajusta con los tornillos laterales, bien en el golpeador, bien en el marco, o tambien en las propias pastillas (como en el caso de las P90 o la Filtertron). Algunas de ellas tienen polos ajustables en altura. Estos nos permiten compensar en volumen si hay alguna cuerda que suena más alto que el resto. Vienen ajustados de fábrica, así que si no es absolutamente necesario no los toquéis mucho.

-Algunas guitarras como las Rickenbacker llevan pastillas atornilladas fijas que no se pueden ajustar en altura. Hay que quererlas así.

– Otras guitarras y bajos llevan las pastillas atornilladas directamente al cuerpo y a veces es difícil ajustarlas a la altura correcta ya que presentan poco margen de maniobra. En cuanto las subimos un poco más de la cuenta, la pastilla queda bailando. Una solución es rellenar los huecos de la pastillas con algo de espuma, como las que llevan las P90 o las pastillas de los bajos Fender. No solo absorberán mejor las vibraciones de esta y padecerá menos de acoples, si no que las empujará hacia arriba y nos permitirá colocarlas en su lugar correcto. Estas espumas se deterioran con el tiempo, así que conviene revisarlas de vez en cuando y cambiarlas si es necesario.

– La última recomendación es tener cuidado al bajar demasiado las pastillas, pues se puede salir el tornillo, quedar estas sueltas y tener que desmotar media guitarra para colocarlas en su sitio de nuevo.

Conclusión

El ajuste óptimo es un punto delicado de alcanzar, pero si sois unos locos del tono, merece la pena investigarlo. Dadle descansos a vuestros oídos y veis que la cosa se alarga y empezáis a escuchar sobretonos donde no los hay. Tampoco es cuestión de acabar en el manicomio por ajustar unas pastillas. Pero no os dejéis vencer por la caída en el nivel de señal, que ahí está el ampli y los pedales para compensarlo. Dejad hablar a las maderas!

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