Construcción y customización de guitarra y bajo eléctrico
 
Relic en una Squier Telecaster

Relic en una Squier Telecaster

New is always better! Cuando los guionistas de How I met your mother soltaban aquella afirmación a través de la boca de su personaje Barney Stinson, de que lo nuevo siempre es mejor, sin duda, no pensaban en el fenómeno relic. Fijo que miles de guitarristas se llevaron las manos a la cabeza en ese momento. Bueno, y no solo guitarristas. También coleccionistas (de lo que sea), anticuarios y aquellos dados a comprar esos pantalones vaqueros que parecen salidos de la escena del oso en El Renacido. Vale, quizá la única persona de acuerdo con esa exhortación fuese mi madre.

Como damos por hecho que todo tiempo pasado fue mejor (eufemismo de que el tiempo presente es una mierda), es posible que, llegados a esa cierta edad en que hemos acumulado suficientes recuerdos como para poder empezar a experimentar la nostalgia, comencemos a valorar las cosas antiguas. Empiezas a mirar con otros ojos los vinilos originales, aquel molinillo de café pre-obsolescencia programada que sigue funcionando 60 años después o a tus padres… Las cosas antiguas tienen un encanto del que carecen las recién salidas del horno: la experiencia.

Vivimos en la era del postureo. Boom! Menudo descubrimiento, ¿eh? Fingir una surrealista vida de lujos y placeres en redes sociales es solo una de las maneras en que los influencers y sus aspirantes pretenden ganarse la vida sin doblar el lomo. Pero otra área del público, medio escalón por debajo de la superficialidad, valora y respeta más la imagen de la experiencia. Haber vivido cosas fuera de lo normal (tan fuera a veces, que no son ciertas en la mayoría de los casos). Para ello, nada como condimentarlo con el atrezzo adecuado. Atuendos, vehículos y objetos de toda clase curtidos en mil batallas, donde cada rasguño cuenta un capítulo de una experiencia vital apasionante y envidiable. Y aquí, obviamente incluimos a uno de los sectores más históricamente posturini: los músicos. Para ser una rock star, lo importante son las pintas. El talento es totalmente secundario. Eso lo sabe todo el mundo.

El relic

Como ya sabréis, esta corriente se basa en envejecer artificialmente un instrumento nuevo. Que parezca que ha sido usado intensamente sin parar en los últimos 50 años.

Hasta donde sé, nadie conoce exactamente cómo surgió esta moda. Pero la teoría que más suelo aceptar es que fue el intento de Fender de meter mano en un jugoso mercado que se le escapaba: el vintage de segunda mano. Sus propios instrumentos de los años 50 y 60 alcanzando cifras astronómicas y ellos sin ver ni un duro. Hasta ahí podíamos llegar! Así comenzaron a salir de la fábrica instrumentos cuidadosamente machacados a un precio absolutamente demencial, pero aun así, mucho más asequibles que los que los coleccionistas pagan por los originales.

A favor o en contra

Me temo que, además del postureo, también estamos en la era de la polarización. A favor o en contra. Y punto. Detractores del relic que desprecian a los que se hacen con estos instrumentos (tócalo cada día durante 40 años, perdedor!). Frente a estos, quienes lo ven como algo puramente estético y que no tiene nada de malo. Una vez leí a un tipo que decía que empezó a tocar la guitarra con 50 años y que no podía esperar a los 80 años para tener la guitarra de sus sueños. Personalmente, si bien la faceta del postureo me causa un poco de vergüenza ajena, también aprecio la belleza de un instrumento baqueteado. Quizá para mí cuenta más la actitud de quien toca el instrumento, que el instrumento en sí. Así que ni sí, ni no. Si tú contento, yo contento, amigo.

Credibilidad

Uno de los aspectos más complicados del relic es su credibilidad. Si bien restaurar un instrumento y hacerlo parecer nuevo es bastante fácil, lo contrario no resulta tan sencillo. Especialmente si queremos darle realismo. Como en todo, siempre hay diversos niveles. Para mí, el llamado heavy relic es el menos creíble de todos. La mayoría de ellas parecen sacadas del fondo del Titanic. Cualquiera que haya visto auténticas guitarras de los años 50 y 60 se habrá dado cuenta de cómo estas envejecen realmente. Y quitando casos muy puntuales (que se hayan caído por un acantilado o hayan sufrido una inundación), no tienen nada que ver.

Otra cuestión a tener en cuenta y que a menudo se olvida es que las auténticas guitarras vintage que tratamos de emular con el relic estaban acabadas, en gran su mayoría, con laca nitrocelulosa. Muchos tratan de imitarlos con instrumentos barnizados con poliuretano o poliéster. Gran error a la hora de darle legitimidad. Nada tienen que ver estos productos, ni en composición ni en la manera en que se comportan y degradan.

Relicando una Squier Telecaster              

Dicho todo esto, un cliente me pidió si sería posible echarle unas buenas décadas encima a una flamante Squier Telecaster recién salida de la tienda. Su referencia era la foto de una preciosa Tele, pero efectivamente, acabada en nitro. Así que le comenté que envejecerla como la de la foto sería hacer una chapuza, pero que podríamos darle el aspecto de una guitarra acabada en poliéster con unos años y carretera. Que también existen y tienen su rollo. Aunque envejecen diferente.

Y ya que estamos, le vamos a colocar un puente de tres selletas con cuerdas a través del cuerpo, como debe ser. También vamos a darle un repaso al resto de los aspectos menos cuidados de su producción, como los trastes.

La víctima

Se trata de una Squier Telecaster Affinity. Nueva literalmente. De la tienda al taller.

Fender Telecaster Affinity
Telecaster Affinity
pala Squier Telecaster affinity

Parece que ya de serie trae su detalle relic. El clásico pelo en el acabado en la zona del neck pocket. Típico de guitarras con el mástil atornillado. Estos son los controles de calidad de Squier. Y de la tienda, por cierto.

Sin más preámbulos, pasamos a desmontarla completamente.

Atención, por cierto, al calzo colocado para corregir el ángulo del mástil. Un trozo de lija adhesiva. Bravo.

Instalando el puente

Lo primero de todo es desmontar completamente la guitarra. El puente que trae es de mayor tamaño que el que vamos a instalar y tendremos 3 agujeros a la vista. Pero dado que vamos a darle el aspecto de una guitarra usada, abusada y trucada, ese detalle hasta le va a dar rollo!

Elegimos un puente de calidad-precio muy adecuado a la Squier. El hardware de Wilkinson fabricado en China incluye las mejoras técnicas del lutier británico (selletas compensadas de latón, opción de top loading) al precio de una producción de mano de obra esclava, claro…

Lo colocamos en su lugar. Comprobamos que la longitud de escala es correcta. Marcamos para hacer los agujeros de los tornillos y los de las cuerdas que atravesarán el cuerpo.

agujeros puente tele
instalar puente wilkinson squier

Y por la parte de detrás usando nuestra plantilla. Esta sí que tiene un relic autentico 🙂

Agujeros traseros squier tele
agujeros cuerdas telecaster
agujeros cuerdas squier
string through body squier

Comprobamos que hay una comunicación limpia entre los orificios de ambas caras.

Relicando un cuerpo con poliuretano

Todos hemos visto fotos de cómo envejece un cuerpo acabado con nitrocelulosa. Pero, ¿cómo lo hace el poliuretano? Lo primero, envejece mucho menos. Estos acabados son más gruesos y duros que la nitro. Ante un desconchón, la nitro, con el paso del tiempo va a hacer una suave transición hasta la madera por desgaste y evaporación. Esto no va a pasar jamás de manera natural con el poliuretano.

En mi opinión, hay cosas que podrían suceder en un cuerpo acabado en poli y otras que no sucederían excepto que estuviesen hechas adrede. Justo lo que queremos evitar. Quizá la clave esté en hacer concesiones a esos “¿por qué no?” y evitar los “ni de broma”. Y sobre todo, hacerlo con mesura.

Por ejemplo, el llamado craquelado. Minúsculas grietas que aparecen en la pintura debido a las dilataciones y contracciones de la madera. Es raro verlas en el poliuretano debido a su resistencia, aunque no imposible.

Lo mismo para el brillo. Lo normal es que no lo pierdan, pero puede quedar mate tras mucho tiempo expuesto al sol y al polvo.

Otro punto importante a la hora de darle credibilidad a un relic es encontrar los golpes y arañazos donde lógicamente se producen. La zona del Jack, la parte trasera, los bordes de apoyarla en el suelo, los cutaways… Las áreas de mayor roce y trajín. Busca imágenes de guitarras antiguas auténticas y mira la ubicación, forma y tamaño de los desgastes.

Sin duda, olvídate de esas grandes zonas desgastadas donde se ve hasta la veta de la madera bajo el antebrazo o entre el puente y el control plate. Falso, falso, falso.

Fuera brillo

Damos un repaso al cuerpo lijando suavemente al agua con granos de 800 y 1.000. Después le pasamos un trapo con pulimento que no sea muy fino.

brillo mate telecaster
telecaster mate satinado

Dejando cicatrices

Lo siguiente es machacar los bordes de la guitarra. Al ser una laca tan dura, le dí unos repasos contra el cemento. Con cuidado de no dañarla, no todo vale. Después podéis hacerle arañazos aleatorios más sutiles dándole suaves golpes con un manojo de llaves, o en mi caso, una cadena. Recordad que siempre es mejor que os quedéis cortos a que os paséis.

El craquelado

Esto es bastante fácil de simular con la nitrocelulosa, pero no tanto con el poliuretano. La teoría nos dice que aparecen tras grandes cambios de temperatura. Se puede calentar el cuerpo al Sol (en días de verano) o con una pistola de calor (sin pasarse), para luego enfriarlo rápidamente con un spray de aire comprimido dado la vuelta (para que expulse el nitrógeno líquido). Si esto no funciona con el poli, siempre se pueden simular haciendo finos cortes con una cuchilla.

La pátina

Ya tenemos un cuerpo mate, machacado, con líneas de craquelado, desconchones y arañazos varios. La forma de resaltarlos y darles protagonismo es con pátina. Un fluido del color de la roña que simule precisamente eso, roña. En ese caso usamos Betún de Judea, que es lo que había por el taller, pero podéis usar tintes naturales… usad vuestra imaginación. Aplicad generosamente, dejad secar y retirar el exceso para que quede únicamente metido en los arañazos y no manche.

Relicando el hardware

Mucha gente se centra en los golpes del cuerpo pero olvida la corrosión del hardware. De hecho, es más normal, en guitarras auténticas, encontrar oxidación en los metales que desconchones en el cuerpo.

Como ya conté en este otro artículo, tras probar varias técnicas, mi favorita es la de la oxidación por vapores de ácido clorhídrico. Básicamente consiste en encerrar en un recinto todas las piezas metálicas y exponerlas a los vapores del ácido sin que estén en contacto con este.

Aquí lo importante es controlar bien los tiempos de exposición para no pasarnos.

Metemos las piezas en un tupper abierto y este, a su vez, en otro de mayor tamaño donde vamos a poner un poco de ácido clorhídrico (agua fuerte) y lo tapamos. Yo suelo dejarlo una media de 20 minutos, pero os recomiendo que reviséis el progreso cada 7.

Tele hardware relic
hardware telecaster relic
Relic tele hardware

Ni que decir tiene que esto hay que hacerlo en un lugar muy bien ventilado, y teniendo mucho cuidado con el ácido sobre la piel, que puede producir quemaduras.

Para matar el brillo, lo frotamos con lija de grano 1.000 y después lana de acero 0000. Aplicamos pátina.

Relicando el mástil

Una de las más populares modificaciones a la hora de relicar el mástil es retirar el barniz de la parte trasera completamente. En este caso, no lo encontré necesario ya que el acabado es satinado y fino, con tacto como de madera desnuda. Además que eso sería entrar también en el terreno del heavy relic, del que queremos huir.

Antes de nada le hicimos un tratamiento de limado lateral y redondeado de trastes, ya que cortaban un poco. También un pulido con lana de acero e hidratación del diapasón con aceite y cera.

El cliente quería que dejásemos solo el logo de Squier y Telecaster y eliminásemos todo lo demás. Con una lija fina de 1.000 fue coser y cantar.

Squier tele logo off
retirando logo squier tele

El color del mástil es muy pálido. No es propio de un barniz amarilleado por el tiempo. ¿Cogerá el tinte este barniz tan poroso como para no soltarlo más? Así es! Lo aplicamos con un trapo de algodón a modo de muñequilla.

Más tarde, los logos traseros y el número de serie se irían fuera también.

Más arañazos y más pátina y todo listo.

El golpeador

Lo que mejor funciona con el golpeador es una larga exposición a los rayos UV. Esto es, sacarlo al sol hasta que se ponga amarillento. Pero esto lleva algunos días. Igualmente se le puede quitar el brillo con lijas y pulimento, hacer algunos arañazos y aplicar pátina para acelerar el proceso.

Juntando todas las piezas

Lo montamos todo de nuevo.

Un par más en el photocall…

Conclusión

En mi opinión ha quedado un trabajo estupendo y comedido. Esta guitarra podría perfectamente tener 20 años de batalla real a la intemperie. Entre el aspecto plasticoso y artificial de guitarra económica que tenía al principio y el resultado de guitarra curtida, creo que ha ganado bastante. Además del puente clásico y el repaso a los trastes, lo cual la mejora también en tono y de manera funcional.

¿Sería más honesto que todo ese maltrato hubiese sido el resultado de tu propia historia personal con la guitarra? Mucho más, claro. ¿Tiene sentido mezclar el concepto de honestidad con que tengas una guitarra con una estética determinada? No estoy seguro. Posiblemente le estemos dando mucha importancia a algo que podría reducirse a: es mi guitarra y hago con ella lo que me sale de los ******, hombre ya!! Como decía El Fary, deja a los chavales que camelen, si quieren camelar. Signifique lo que signifique.

Lo que sí queda claro es que lo nuevo no siempre es mejor, querido Barney. Al menos, en ocasiones, no mola tanto.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *