Construcción y customización de guitarra y bajo eléctrico
 
CUSTOMIZANDO UNA YAMAHA REVSTAR RS420

CUSTOMIZANDO UNA YAMAHA REVSTAR RS420

Al igual que en la saga de Regreso al Futuro, el final de una aventura muchas veces marca el inicio de la siguiente. El mismo día que entregamos esta fabulosa Revstar a su legítimo y ansioso dueño, comenzó a gestarse la idea para este nuevo proyecto. El trabajo había sido duro, pero el resultado mereció tanto la pena, que simplemente, ese no podía ser el final de la historia.  

Nuestra primera Revstar era un instrumento de gama media alta. Muuuy decente ya de serie. La personalización la convirtió entonces en una guitarra soberbia. En esta ocasión, el reto era muy diferente. La RS420 pertenece a una de las series más humildes entre las Revstar. Si bien el mueble es bueno, el resto de componentes son, como veremos, correctos aunque mejorables. Esto la convierte en una excelente plataforma para actualizaciones.

Sobre el dueño de la guitarra

Bruno trabaja para Yamaha como especialista de producto. Es quien engendró la idea del sorteo y la customización de la primera Revstar. Vivió de primera mano todo el proceso de transformación de la guitarra. Fue además una de las primeras personas en ver y palpar el espectacular resultado. Bruno también es guitarrista. Un auténtico loco de las guitarras más bien, especialmente de las japonesas, como no podía ser de otra manera.

Probablemente por estas dos facetas lo conocen en toooodas las tiendas de guitarras. Un día llego a comentarme (en broma… creo XD) que coleccionaba guitarras por colores. La customización de una Yamaha Revstar para él, era sólo cuestión de tiempo 🙂

Siempre anda metido en alguna banda, propia o de promoción para la marca nipona. Aquí podéis verle en su grupo de covers clásicos.

Por qué la RS420

El principal motivo por el cual se eligió esta guitarra para una customización fue su peso. En sus especificaciones indica que el cuerpo y el mástil son de caoba con una tapa de arce. Aunque ambas piezas tienen un grosor ligeramente inferior a las de la Revstar 620 sobre la que ya trabajamos previamente, creo que el auténtico secreto está en las propias maderas. Un estudio reciente estimó que se comercializan unas 600 especies de madera diferentes bajo el nombre de caoba. No es la primera guitarra que me encuentro con un cuerpo de esta madera ligera como el tilo. Como muchos sabréis (y sufriréis en vuestras espaldas), este no es el tipo de caoba con el que estamos acostumbrados a cargarnos.

Mi opinión al respecto es que, si sus propiedades son similares y su peso es la mitad, bienvenida sea. Aquí os dejo esta pequeña reseña del grandísimo Juha Ruokangas sobre las sanas alternativas a la caoba.

Lista de mejoras

Obviamente, si algo cambia radicalmente el aspecto de una guitarra es su acabado. Y el que más respeta la sonoridad de este es la nitrocelulosa. Así que no solo estaremos cambiando su estética sino también mejorando su tono. En esta ocasión su dueño eligió un esquema bastante radical: trasera y mástil en acabado natural con un tinte ligeramente oscuro y tapa en color sólido Shell Pink. Debo confesar que, si de entrada tenía mis dudas con esta combinación, el resultado fue tan espectacular como original.

El golpeador, tapa del alma y los marcos de las pastillas en color crema, igual que el binding. Afinadores Schaller Tulip, puente TOM y cordal de aluminio Gotoh, cejuela de hueso tallada a mano, electrónica CTS, Switchcraft y Orange Drop y botones de la correa de seguridad Dunlop completan la lista de mejoras. Sobre las pastillas, después de barajar muchas opciones, se decantó por unas antiguas humbucker de una Greco de los años 80 bastante trucadas.

Manos a la obra

Decapado

Una vez desmontada, lo primero es retirar el barniz. Aunque ya teníamos la experiencia del anterior trabajo, no dejamos pasar la oportunidad de probar con nuevos medios, como diferentes fórmulas de decapante químico. Una vez más, todas fallaron. Parece que el barniz a prueba de bombas de la RS620 se emplea también en esta.

Finalmente, usamos una pistola de calor, con mucho cuidado y unas cuchillas. El uso de una buena máscara es obligatorio.

Respecto a la tapa, al ser plana, podemos ayudarnos de una lijadora con mucho cuidado.

En este caso también nos encontramos con una delgadísima chapa de arce sobre la tapa. Pero como el acabado será en color rosa sólido, podemos ir con menos cuidado que con su antecesora.

Lijamos a mano para eliminar los últimos restos de tapa poros.

Sustituyendo el binding

Uno de los grandes riesgos de la pistola de calor es deteriorar el binding. En esta ocasión, aunque pusimos todo el cuidado posible, hubo puntos donde se dañó.

Si fuese de celulosa, como los que llevaban las antiguas Gibson, estos defectos serían fácilmente reparables. Diluiríamos unos pedacitos en acetona y rellenaríamos los huecos con la pasta resultante. Pero este binding es de PVC y la única manera de solucionarlo es sustituyéndolo por uno nuevo.

Usamos la pistola de calor y una cuchilla para ir tirando de él y retirarlo.

Colocamos el nuevo con pegamento especial para binding y lo aseguramos con cinta. Dejamos secar al menos 24 horas.

Pasado el tiempo de secado, retiramos la cinta. Con una cuchilla de ebanista realizamos el nivelado y retiramos el exceso de pegamento.

Preparación para el acabado

Y ahora ya sí tenemos el instrumento listo para comenzar a prepararlo para el acabado. Aplicamos el nuevo tapa poros.

Y nivelamos con lija.

Aplicamos un tinte mezcla de nogal con ámbar.

Y aplicamos las primeras manos de fondo nitro.

Seis finas capas después pasamos al color Shell Pink de la tapa, cubriendo el resto del instrumento. Creo que no es necesario explicar por qué en este punto, la guitarra recibió el sobrenombre de Frigopié 😉

Ya he hablado largo y tendido del proceso de pintura en esta web, así que no os voy a aburrir con material repetitivo. Capa, secado, nivelado con lija, capa. Así hasta un total de unas 12 o 14 veces hasta conseguir una superficie fina y uniforme. Tras esto, 4 semanas de secado.

Fabricando el golpeador

Otro de los elementos que marcan el contraste en la estética de la guitarra es el golpeador y los marcos de las pastillas. Los últimos no son difíciles de conseguir, ya que son los mismos que usa la Gibson SG, pero los golpeadores originales de Yamaha solo se pueden conseguir en un par de colores. Existe uno color crema como el que necesitábamos, el de la RS502, pero viene pensado para adaptarse a los huecos de pastillas P90, con lo cual, no nos vale. Tenemos que fabricar uno a medida.

Según la Ley de Murphy, la disponibilidad de un material es inversamente proporcional al nivel de necesidad del momento. Por ello sucedió que entonces no conseguimos encontrar una plancha de plástico para golpeador de color crema de 3 capas a un precio humanamente razonable. Así que lo sacamos de un golpeador ciego para Stratocaster que tenía en ese color.

Primero hicimos una plantilla en DM del original.

Cortamos el contorno en bruto con la sierra de cinta.

Y con la plantilla y la fresadora, hacemos el trabajo fino.

Con un poco de lija fina rematamos los bordes y hacemos el bisel con una cuchilla. Probamos sobre el cuerpo y realizamos los ajustes necesarios.

Pulido del cuerpo

Transcurrido ya el mes de secado de la nitrocelulosa, volvemos al cuerpo. Nos queda el pulido final.

Ensamblado y ajuste

Al igual que con el barnizado, ya he hablado muchas veces de la instalación del hardware en una guitarra. Esta no tiene mayor misterio que las anteriores.

Además de un nivelado de trastes, tallamos una cejuela de hueso a medida. Retiramos y renovamos la capa de ¿cera? que cubría el diapasón y reparamos algunos pequeños defectos en la nitrocelulosa que salieron, inevitablemente, a raíz del nivelado final con agua. Unos tornillos por aquí y unas soldaduras por allá más tarde, y la guitarra estaba terminada.

Resultado final

Como decía al comienzo, si el color rosa me generaba dudas, a medida que íbamos avanzando hacia el final, iba alucinando cada vez más con el resultado. Os dejo unas fotos para que juzguéis por vosotros mismos.

La customización no solo mejora de manera estructural y significativa un instrumento fabricado en serie, sino que, además, lo transforma en una pieza única y exclusiva. No existe otra igual en el mundo. Sin duda, esta, ya no es una Revstar RS420. La metamorfosis ha sido completa.

Dice el refrán que las segundas partes nunca fueron buenas, pero en mi opinión, esta secuela ha sido espectacular y totalmente diferente a la original. Como fan de Regreso al Futuro II… ¿Habrá tercera parte? ¿transcurrirá en el salvaje Oeste?

 

11 comentarios

    1. Suena tan bien y tan distinto como la mayoría de fuzz basados en el Tonebender. Yo creo que el sonido de Page era la mezcla de muchos elementos distintos en cada grabación, además de trucos de estudio y muchas horas en la mesa de mezclas. Aún así, pedales como este se le acercan bastante al tono que tenía en esos primeros directos. También funcionan muy bien el Fulltone Soulbender y el Earthquaker Devices Park Fuzz sound. Échales un ojo! Saludos!
      Javi

  1. Alejandro

    Que tal Javier pues inspirado en tu blog acabo de transformar mi vieja Ibanez, la decape y la trate con aceite y cera, ademas de otros cambios y la verdad quedo (y se oye) mucho mejor que cuando la.compre y ya esta escrito que a mis demas guitarras les hare lo mismo.
    Te quiero molestar con una situacion que se genero despues de la modificacion, y es que a la humbucker del puente le implemente un switch para hacerla single coil segun lo prefiera pero al hacer el switcheo la single se oye muy debil en cuanto a su salida, nada que ver con una single normal, la humbucker en cuestion es una bill lawrence, el sonido que resulta es muy cristalino y brillante pero sin presencia, espero me puedas recomendar algo, saludos desde MX!!!!

    1. Hola Alejandro! Me alegro a que el artículo te animase y el resultado haya sido bueno!
      Respecto a la pastilla, dos apuntes:
      -El primero, cuando hacemos un split coil de una humbucker, la posición single siempre va a presentar un cambio grande de volumen respecto de la HB. Incluso menos ganancia que una single coil de tamaño normal
      -Como seguramente lo anterior ya lo sabias, es posible que el problema que tengas sea de fase. Revisa las conexiones y prueba a invertir los hilos que usas como vivo y masa al hacer el split coil. Casi seguro que es eso.
      Ya me contarás!
      Abrazos!

      Javi

  2. Alejandro

    Gracias amigo, se ve que la calidad es una palabra que la tienes en todo momento (hasta tu blog esta muy bien cuidado).
    Gracias por actualizarlo, yo creía que ya no ibas a publicar mas, es un gusto leer tu blog y leer tus artículos.
    Pues seria magnifico que subieras un video con la #5 y nos presumieras de ese sonido que tanto has comentado.
    Un abrazo!!!!!

  3. Carlos Contreras

    Increíble trabajo el que haces, sobre todo muy detallado. Oye y pues leyendo tu articulo me viene a la mente una duda: crees que es mejor comprar una guitarra echa por algún luthier de renombre (digo, no el de más, pero si uno conocido) que sabemos que tomara una pieza de caoba “original” y demás cosas que comprar una digamos, Fender stratocaster player o una gibson de serie de entrada?
    Saludos desde Mx

    1. Hola Carlos! Gracias por tu comentario! Bueno, pues la respuesta no es tan sencilla. Depende de muchos factores. El primero, obviamente, es el económico. Una guitarra hecha a mano, generalmente suele ser más cara que una hecha en serie. Yo he tenido muchas guitarras de serie de diferentes marcas y al final me he terminado enamorando perdidamente de las que he hecho a mano (como las que puedes encontrar en esta web en la sección Doppelgänger Guitars) y vendiendo las otras. En mi opinión, una guitarra de luthier siempre va a ser mejor que cualquiera hecha en serie ya que están hechas con más cariño y con materiales mejor seleccionados. Creo que lo mejor sería pasar un tiempo con diversas guitarras, encontrar cual es tu favorita o qué especificaciones prefieres, y cuando lo tengas claro, fabricar una a medida con todo lo que te ha gustado a lo largo de ese tiempo. Hacer el desembolso directamente en encargar una guitarra de luthier sin más criterio que: una Strat o una LP, puede llevarte a que esa sea otra guitarra más.
      Saludos!

        1. Hola! Pues precisamente como te decía, acabo de venderla. Desde que empecé a hacer las Doppelgänger ya no la usaba. Son otro mundo, otras sensaciones. La Fender es muy buena guitarra y además va a estar en muy buenas manos, pero las Doppelgänger tienen algo adictivo y no puedes parar de tocarlas. Especialmente la #5, la que hice con maderas de pino muy antiguas. Se adapta como un guante, se toca como la mantequilla, es ligera para llevarla horas encima y los tonos de las pastillas son perfectos. Es casi la única que toco últimamente. Además no soy de tener muchas guitarras, me da mucha pena tenerlas paradas.

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